domingo, 27 de marzo de 2011

Extraño

Extraña es, cuanto menos, aquella situación en la que llegas a verte a ti mismo. En la que descrubres lo que eres capaz de hacer y decir en favor de alguien que empieza a tener un lugar especial en tu corazón, y que lo ultimo que deseas es verla sufrir.

Aquellos momentos en los que solo tienes un unico pensamiento, en los que no hay sitio para nadie más, y te distraes sonriendo mientras la observas con timidez.

Aquella situación que te hace tener el alma a flor de piel constantemente, y en la que te afecta significativamente cualquier informacion relacionada con ella.

Aquellos momentos en los que un simple gesto, una mirada, una caricia o un abrazo supone surgir una felicidad a nada comparable y un calor interno capaz de calentar cualquier persona el dia de más frio invierno.

Aquella situación que te ha hecho dudar incluso de tus propias amistades, pero finalmente sabes reconocer a quienes te apoyan.

Ese momento crucial de pronunciar esas palabras con las que le das la llave de tu celda y le das la opción de tirar la llave y dejarte dentro en amarga soledad, o abrir la celda, aceptarte, llegar a quererte y optar a esa gratificante felicidad de las que pocos pueden llegar a gozar, tras escapar juntos de esa prision de cristal.

Y te preocupas de su felicidad, a pesar de quedarte encerrado en esa celda, pues si de verdad la amas y no quieres verla sufrir, tan solo queda continuar, aprender del fallo cometido y prestar apoyo en cuanto sea necesatrio, pues llega un momento en el que de nada sirve gritarle al aire, tan solo harás las cosas mas dificiles.

Extraño es en realidad llegar...a querer, amar a alguien como para ponerlo por encima de uno mismo, por delante de los intereses propios, porque te das cuenta realmente que nada vale uno mismo si no esta con esa persona, que nada quieres y nada importa...salvo ella.


viernes, 25 de marzo de 2011

Who wants to live forever?

La vida, entendida como nuestras vivencias y lo que nos rodea, sigue, por encima de los cambios que en ella existen, un cierto patrón (el mismo para todas las personas), por el que ésta va avanzando de forma lineal, como un tren sin frenos que avanza irremediablemente hasta llegar a un destino, donde la persona no es mas que un pasajero más que observa la realidad y cuanto más avanza ese “tren”, más a cambiado la realidad desde que comenzó su viaje.
 Un ejemplo de esto puede verse al comparar el entorno, la vida, las amistades, las relaciones, los conocimientos, los pensamientos, las creencias, las experiencias de un chico de 13 años, con un hombre de 30 años y con un anciano de 70 años. Son bastante diferentes.

Ese “destino” , que muchos aceptan y otros rechazan, es, en efecto, la propia muerte. Nadie sabe qué es realmente lo que nos aguarda tras ese muro con el que todos colisionaremos, y que nos provoca cierto pavor.
Unos, para olvidarse de esa sensación de incertidumbre ante la cada vez mas próxima gélida presencia de la muerte se intentan evadir, mediante una vida posterior a la actual, que le garantice que tras ésta no quede solo un silencio sepulcral. Éstos tienen la verdadera creencia en su interior de que tras la muerte ocurrirá algo, tras lo cual, unos por vida eterna y otros por reencarnación, no perecerán, sino que, seguirán vivos, ya sea físicamente o espiritualmente. Las personas que acogen ese pensamiento, pueden entenderse, como cualquier creyente de alguna religión o seguidor de algún tipo de doctrina espiritual.
Otros, una minoría, aceptan la idea de que tras esta vida no hay nada, simplemente oscuridad, silencio, vacío absoluto, su destrucción y desaparición. Debido a éste ultimo razonamiento, esas personas intentan aprovechar su vida al máximo, ya que es la única vida que tendrán y no deben derrochar el tiempo en cosas inútiles o que les interrumpa las cosas agradables. Suelen regir su vida por el Carpe Diem, aprovechar el momento.

Aparte de estos pensamientos todos nosotros nos hemos preguntado alguna vez como sería tener la vida eterna, ser inmune al paso de los años y que no estaría del todo mal el hecho de vivir para siempre, ¿cierto?.
Pues a esa pregunta he llegado a una conclusión que, quizás dentro de algunos años no comparta, por ese continuo cambio que experimenta la persona a lo largo de su vida, pero que actualmente me gustaría dejar constancia de ello.

En respuesta aquellos que desean la vida eterna yo les pregunto, ¿para qué quieres huir de la suave y gélida mano de la muerte, que a todos nos quiere llegar a abrazar en algún momento, si a los tuyos vas a ver desfallecer, con un sentimiento de impotencia, sin poder hacer nada para evitarlo?.
Esa sensación es una de los peores por la que puede pasar una persona, ver morir en tus brazos un ser querido al que no puedes hacer absolutamente nada para salvarlo.

Vivir todas las eras, todas las muertes, todas las guerras, todos los sufrimientos y sentimientos, caminando solo, sin rumbo fijo, observando como la hermosa y grácil figura de la muerte pasa a través de ti llevándose todo cuanto quieres, y piensas si, en vez de un don, no será más bien un castigo esa capacidad de ser inmune al paso del tiempo...

Tras insufribles vivencias junto a otros a los que ves morir por un país, por un amor, donde en sus ojos se refleja el miedo, la angustia, la placidez, la alegría... lo mas probable es esa persona pueda derivar en una insufrible locura, que perdure hasta el fin de los días o hasta la muerte no natural de la persona; en un completo aislamiento en busca de evitar el sufrimiento que produce la muerte de los demás o en un total desprecio de la vida de los demás de forma que permanezca indiferente ante el sufrimiento de un padre al ver a su hijo ser asesinado ante sus ojos, sin poder hacer nada.

Finalmente he de decir como conclusión que, personalmente, prefiero continuar con una vida que intentaré aprovechar de la mejor forma que pueda, y que, cuando me llegue “la hora de marchar” que pase lo que tenga que pasar.